Perro o gato, ese suele ser un gran dilema, hay quienes se inclinan por los felinos y otros por los caninos, pero existe un grupo que los elige por igual, y a la hora de la convivencia puede resultar un gran problema, mayormente no lo es, en poco tiempo tanto el perro como el gato se adaptan y hasta suelen resultar muy buenos compañeros.
Si la convivencia no resulta lo que esperamos debemos tener en cuenta algunas cosas, lo principal el ver cuáles son los conflictos que surgen en el día a día, conocerlos a ellos y sus necesidades resultará fundamental para corregir el problema de convivencia, prestarles atención a sus diferentes personalidades va a ser la clave del éxito.
En grado de importancia sigue sus espacios, puede que compartan todo pero también puede que sean muy celosos de sus espacios y sus cosas, eso tiene relación con lo que hablamos antes, el conocerlos y ver como actúan, si vemos que estos dos puntos son conflictivos debemos darles a cada uno su espacio y sus cosas, si deciden compartir luego ya será un problema de ellos.
El espacio también tiene que ver con lo grande o pequeño que sea nuestro hogar, cuando decidimos incorporar una mascota a nuestro hogar debemos contar con el espacio necesario para ésta, debe tener sus comodidades mas allá de todo el amor que podemos brindarle, y en estos casos el lugar debe ser adaptado para dos.
La alimentación en ocasiones suele ser un problema, el gato se come la comida del perro y viceversa, no se podrá dejar un comedero fijo con alimento porque sus alimentos son totalmente diferentes, si esto sucede debemos poner los horarios por día para alimentar a cada uno y que el otro no intervenga, dedicar un tiempo para jugar con quien tenga ese tiempo libre o salir a hacer el paseo diario será de efectividad para darle privacidad.
Algo no menor son los cuidados sanitarios, mantenerlos desparasitados, limpiar sus espacios y mantenerlos con la higiene correcta también es muy importante, si uno tiene problemas con pulgas por ejemplo el otro casi con seguridad lo tendrá.